Naturaleza herida © |
Está cambiando el mundo Maestro,
alentado por los que osaron enturbiar con saña tu sensibilidad cimera. Está cambiando el mundo. Empieza a morir una quimera. Ya no canta el sinzontle en las alturas, ya no palpita el rio en las bajuras, más se acrecienta el dolor de la agonía entre estertores sordos que estremecen la faz herida, dejando entre los surcos expuestos, las venas macilentas que manan la preciada sangre derretida. Está cambiando el mundo Maestro. Está muriendo la vida con tristeza en una lenta agonía, con cada rugir de la sierra, con cada humareda obscura, con cada guerra sangrienta, odiosa, suicida, que con saña artera golpea siniestramente la otrora vida prometida. Está cambiando el mundo Maestro. Cayó el gigante herido por el golpe certero del hacha en su vida. Calló la avecilla que con ilusión arrullaba su enternecida cría. Está cambiando el mundo Maestro. Al batir del cañón polvoriento que en el sordo crepitar de los tiempos rasgó la tenue claridad del día. Cayó una niña abatida y con ella la humanidad se desangra, se aniquila. Está cambiando el mundo Maestro. ¿Qué será de mi vida? |
Al otro lado del mundo ©Al otro lado del mundo debe existir algo que a la vida espera.
Quizá un cielo calmo, flotando sin prisas con las conciencias eternas, donde el espíritu vaga en su infinito con paso cansino. Quizá un mar bravío, rugiente, encrispado, batiendo crestas sinuosas en las cimas frustradas de los recuerdos callados. Quizá un hosco lago ardiente en convulsos remolinos, o una sabana de un blanco glacial, mortecino, delirante, que se embebe en las frustraciones de su pobre sino. Al otro lado del mundo, hacia donde guiaran mis pasos terrenos mi futuro eterno y mi descanso prometido? Cubrirá la tierra mi cuerpo inerte, mas persiste la duda en mi espíritu de por sí ya doliente. Adonde guiaran mis pasos, cuando despierte de mí trajinar de este mundo peregrino. Al otro lado del mundo, que me depara el destino? Será un vagar eterno, delirante, en un gozo infinito sin placer terreno, adormilado en las brumas de un sabor etéreo, o un rondar taciturno entre las crestas abruptas, dando tumbos retorcidos, arropado entre las ondas de los yerros pasados , rumiando sinsabores de recuerdos ya olvidados que frustraron anhelos y ocultaron caricias que anidaron su dolor en el vacío. Al otro lado del mundo, ajeno al peregrinar terreno, en espera infinita, mi espera esta serena. Al otro lado del mundo conoceré el dolor de mi gozo. Te conoceré, inexorable destino. |
Poesía ©Poesía es el ropaje artesanal de los sentimientos.
Emulación del cántaro sediento que viaja al pozo rozagante para saciar su sed y calmar el ímpetu del aljibe enardecido. Fuego vivaz que se solaza maleando el metal incandescente, dando vida propia al acero amorfo complaciendo el inconsciente. Poesía es desgarro en carne viva, pétalo de flor en movimiento. Brisa fresca que se arrulla en el regazo tierno de un capullo somnoliento. Poesía es aliento de las flores que danzan con el viento. Suspiro acompasado del amante delirante. Despertar silente del amor tiernamente acariciado. Poesía es volcán rugiente que lanza al viento su furia. Calma tensa, incipiente, que adormece el sentido que la hiere. Poesía es éxtasis de los amores, deseo frugal de los amantes, que se entrelazan en el etéreo, aminorando el golpe brutal de la clepsidra contra el tiempo. Poesía es amor, dolor, gozo, sufrimiento. |
Soñador de amores ©No soy poeta porque no concibo elaborar los versos.
A lo sumo aspiro ser un iluso soñador que plasme en las vidas, en el lienzo virgen los sentimientos puros de la inspiración. La euforia preñada de alegría me invade cuando escribo con la tinta del alma, los cánticos que la pasión me grita, desangrándose verso a verso desde el inconsciente. Llanto, dolor, amor, pasión, tormento, brotan a borbollones, en tropel desordenado para acallar las penas, o reír de alegría cuando se libera del tormento. No soy poeta porque no atino a decir lo que otro quiere. Solo pretendo al exponer la letra incierta, desnudar ante ti mi mente, mi alma tranquila, coherente, que te llene de versos, de amores con un beso sonoro del cielo para que adorne tu frente. |
Desesperanza ©Pidió el pintor al cielo la inspiración
para plasmar en su lienzo el firmamento. Pidió el músico al viento la ensoñación para copiar el sonido melodioso con su ulular lento. Pidió el gato las manchas. Se vistió el cisne de blanco. Pidió el colibrí la gracia. El pavo real abanicó la tarde. A mí qué me has dejado vida.? Porque apartaste los sentimientos. A mí que me has dejado vida, que tan solo me sumiste en una vorágine de amargo sufrimiento. Despliega tu magia pavo real, colibrí sonríe al viento. Vida apiádate de mí. Vida dame un poco de tu aliento. |
Quiero ser ©No quiero ser como el tiempo
que se arrastra sigiloso entre las nubes, bailoteando en la sinuosa cadencia del ondulante viento. No quiero ser eterno y deambulando. No quiero ser etéreo y deambulando. No quiero ser esencia y deambulando. Porque solo quiero ser luz que se esconde entre los montes, iluminar el lento trajinar de los caminos que discurren cautos, sumidos en el sinfín de la inmensidad. No quiero ser como la ola que en la serena paz del infinito, corona con insólita violencia la cálida placidez del agua. No quiero ser gota de lluvia que en su afán de dar la vida, irrumpe con fingida insolencia golpeando, arrastrando sin piedad la simiente. No quiero ser el clamor del tiempo ido que martilla las sienes con su fiera cizaña. Solo quiero ser la parra, la rosa, el peral o el amaranto, para dar sentido a mi efímera existencia, cubriendo este amor que siento con tu aliento, tu fe, tu sentimiento. |
Fronteras ©Estoy contemplando el mundo desde lo alto de mis desvelos,
mientras que en lontananza la luna exhibe la placidez de su velo. Vaga mi pensamiento en la inmensa serenidad del azul cielo mientras en un azar convulso una bandera herida cae al suelo, porque un patriota delirante osó posar su mano en su asta erguida. Restalló el eco de un gélido fusil y al callar su sonido hiriente, un patriota vierte su sangre ofrendándola a su madre amante Que flagrante delito según la tosura humana comete la luna, al no separar su cara poniendo fronteras para dignificar la grandeza humana. Qué hermoso ejemplo luna cimera, conservarte casta sin aires de degradación ni heridas bordeando tu calidez, preservando incólume tu diáfana hermosura. |
Alma perdida © |
¿Qué por qué estoy triste Señora?.
Porque mi alma pura perdió su inocencia. Aquella que nació cristalina como el agua de los manantiales, diáfana como el tibio viento que hace ondear el rubio rizo, grácil como la iridiscencia del diamante, ha dejado en el camino de su existencia jirones de candor. En su andar cansino por el mundo errante tiño su ser de canela al recibir el eco voraz del enemigo. Se vistió de negro al sucumbir al clamor del egoísmo Se embebió de cieno al sufrir el fragor de la maldad. ¿Que por qué estoy triste Señora? Porque esa alma impura se cerrara al amor. Porque esa alma otrora ingenua en su desesperanza, anidara el dolor de la maldad aciaga del mundo, que en su acometida innoble destruye con sus nudos de odio la bondad y el amor. ¿Qué por qué estoy triste Señora? Porque la cándida ingenuidad de esa alma diáfana ha sido contaminada por el oprobio y el abyecto dolor. Porque la ternura sutil de su prístina inocencia ha sido mancillada en la vorágine de la ingratitud de la decadencia rutilante de la escoria humana. |
La agonía de la cigarra ©Que triste escuchar el son lastimero
de la cigarra que agoniza, llorando lagrimas de dolor. Lágrimas que en su vertiginoso caer se sujetan amorosamente entre las tibias redes del capullo corazón que las arrulla, hasta que cediendo a la desazón las liberan en finas briznas de lluvia, que recoge la seca tierra con fruición. Lagrimas que presagiaron muerte. Lagrimas paridas con dolor. Lagrimas abandonadas al suelo yermo, propiciaron vida, cultivaron flores, llenaron de aromas, luz y color el agreste paisaje Las cigarras sonrieron al mundo derramando lágrimas veteadas, de alegría con dolor. Canta cigarra, canta. Canta al mundo tu dolor que tu canto cultive vida adornando la creación. |
Mis sueños viven no porque lo quiera
sino porque no puedo controlar el desenfreno de mi subconsciente. Sueño de día, en la plenitud de la montaña embebido en la paleta del pintor adolescente. Sueño utopías, sueño frágilmente con la inocencia encapsulada en el alma displicente. Sueño de noche absorbido en la feroz tormenta, adormecido en el opio del impío delincuente, sueños obscenos, sueños decadentes que me derrumban hasta el borde mismo del infierno hiriente. |
Policromía © |
Se tiñó de luz la mañana reverberando en su policromía.
Danzarino el rio burbujeaba en su cauce alegre rebosando fuerzas, musitando tierna armonías. En la piedra campana resonó el bronce bruñido al nacer los rayos de ese nuevo día, mientras a lo lejos resuena en los aire el sonido frágil de la chirimía. Resuenen guitarras, retumbe el teponastle, griten a los montes cantos de alegrías. Que el candor del arpa surque los cielos bañando en su tibio eco el vasto horizonte allende la lejanía. Vibre la ocarina sus cantos ansiosos de felicidad, despertando a la vida el batir de las alas en las alas mismas de la eternidad. Vida que despierta amores que aspiran furtivos el aire glorioso que brota en racimos desde el manantial. Fuente de la vida que bañó al artista que con movimientos calmos, serenos, moldeo alegorías en las rocas yermas, tallando su estirpe en su caminar . Canta flauta dulce, suena banyo añejo, griten para el mundo su felicidad. Bailen al unísono danzas armoniosas que impregnen la vida en la humanidad. Vuela cóndor en los Andes, muestra quetzal tu color en la patria mía. Canta Sinzontle en la Huasteca, trina jilguero en la serranía. Que todos los cantos se fundan en besos, que arropen al mundo con su melodía. |
El salto de la novia ©Con su vaporoso vestido blanco al talle ceñido
la novia con su ramo de amores lanzó su cuerpo al vacío, sintiendo las caricias en su alma viva de la seda espumosa del agua del complaciente rio, que subía con ternura abrazándola en su agonía. Agua de seda que precipitó su historia. Cascada de dolor que acallaría sus ruidos. Vertiginoso descenso a las sombras, donde su cuerpo inerte yacería dormido. En su infancia serena y pura se entregó al amor prometido, en los brazos de la desventura se sumió su amante en el olvido, y en su tormentoso presente quedó aletargada y herida. ¡Ah sorpresas del destino¡, presentar ante su amargura un amor casi divino que la sublimó con caricias, con mimos, mas no supo perdonar la historia que su pasado infantil había vivido. Con ojos de ensueño anhelante, con su vestido blanco al talle ceñido, la novia aferrada a su amargo tormento, con el alma dolida por un pasado cruento, con la pasión brillando en los ojos de un amor precioso ofrecido, abrió los brazos al cielo y presa de un dolor profundo, en silencio comenzó su vuelo. Se lanzó al ignoto vacío, y en su caer sereno acalló el sufrimiento mirando el agua del rio. Entre el cauce adolorido vaga el alma entre recuerdos. Llora por su amor perdido. Clama por su amor eterno. |
Con la complicidad de la noche un gato azul ambarino
se solaza en su sexo con la tibia bufanda fragante que encontró en su camino. Con parsimoniosa alegría, movimientos acompasados y un rítmico jadeo, penetra en la noche obscura el rígido tejido dando rienda suelta a su deseo. Que será del destino mientras la luz que brilla en esos ojos de frio gris cetrino se transforma en irisdicentes destellos de placida agonía. A lo lejos en lontananza la cigarra trasnochada canta agradeciendo el día. Canto amargo, canto dulce. Canto que presagia muerte. Porque has de ofrendar tu vida para que otro viva el presente. Un silencio dulce sepulcral tiñe el hastío. Un silencio amargo en la noche obscura se apodera del entorno mío. En la placidez de la niebla densa no se escucha ya el jadeo incesante. El frenético maullido del amante se ha tornado en susurros, en dulzura delirante. Ya no atino a asimilar los sabores agridulces vertidos en la fuente del destino, los colores que obnubilan mi mente, que nublan mi camino golpeteando en mis sienes con lo incierto del sendero en este transitar perenne, que duele, que adormece el sentido. Dime tu noche callada, dime tu alma certera, dime tu que depara el camino más alla de esta frontera. Porque si el rosa se tiñe de pálidos tonos amigos, porque no puede mi vida solazarse contigo. Dime porque noche serena le guiñas tus ojos a la luna. Dime porque luna amiga te despojas de tu pudor y te desnudas en la fuente cristalina. Dime mi fiel compañera, que será de mi tendido en la blanca arena. Colores verdes, amarillos, pálidos violeta, dan vuelta en mí taciturna vida y adormecen mi consiente. Colores fugaces, danzantes, entrelazados en mi mente. Teje en tu andar serena maravilla, haz de mi vida tu mundo, haz de mi vida tu ambiente. |
La noche herida ©Al fragor del cruel incendio
la muerte ganó ese día. Entre la neblina negra del denso humo que obscurecía la parda noche un bombero salió vacilante. Victorioso. Salió ya sin vida. Protegida entre sus brazos traía la tierna inocente que sollozante gemía por su muñeca preciosa, que entre las llamas atrás en ese preciso instante, con dolor, con angustia se retorcía. Con suavidad y ternura depositó en la grama la frágil figura entregando su propio cuerpo a la muerte obscura, pasando en silencio a la otra vida. Compungidos hasta el dolor los compañeros combatieron el terrible y voraz siniestro, retornando lentamente con sus semblantes caídos, con las campanas a duelo, con el amigo dormido. En la estación triste, en la sala doliente resalta el altar en que se sienta la muerte, preparado con la manguera aun caliente que acompañó la vida entera de ese bombero abnegado, que con su amada en los labios y el amor de su niña del alma esculpido en la frente entregó su alma a la muerte por salvar una vida. En la sala silente yace el féretro conteniendo el cuerpo del valiente y a su lado con el alma contrita, compungida, sollozantes los fieles compañeros de la compañía desolados, abatidos por la pena inmensa que abrumaba el tenso ambiente musitaban en silencio su adiós en la partida Tu ejemplo compañero, hermano, será luz en nuestras vidas - musita lloroso el joven teniente – que presuroso se aprestar a rendir los honores en la sala callada, en ese amargo y tenso ambiente mientras gime el entorno de la vida Un silencio sepulcral invade el espacio doliente cuando resuena en la sala tres veces su nombre escuchándose solo el eco de la despedida. Bombero, Héroe Anónimo Bombero Héroe Anónimo Bombero Héroe Anónimo No responde señor, el ya ha partido, Contesta al unísono el coro mustio de las voces de la compañía, con gruesas lagrimas de angustia que ruedan pesadamente hasta el duro suelo que las recoge con placido amor e hidalguía, mientras un coro de ángeles musita en el aire un sentido adiós. Su despedida. |
Gestores Literarios: |
Marisa Daniela Russo - Sebastián Salazar - Luis Rodríguez |
Colaboradores:Mediaciones Artísticas: Max Solís - TED
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Proyectos de extensión:
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