Obra
Raigambres
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Cantos para la semana
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Emboscada del tiempo
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Tránsito del sol
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Obra reunida
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Mi voz nace de piedra* (1964-1977)
Pero creo en el hombre
Creo en el tigre y creo en el zarpazo.
Pero creo en hombre sobre todo.
Creo en el mar desesperadamente.
Pero creo en el hombre sobre todo.
Creo en la rebelión, creo en la cólera,
en la desolación y en la ternura.
Pero creo en el hombre sobre todo.
Creo en el hombre tonto, enamorado,
asesino indefenso.
Insomne constructor de rascacielos,
borracho sin remedio,
científico, ladrón, capaz de todo,
padre y verdugo de generaciones.
Creo en el hombre inválido que llora
desnudo con sus huesos y sus lágrimas;
dueño del mundo que tembló de miedo.
Creo en el hombre que se pone triste;
creo en el hombre cuando está cantando,
por eso, porque canta, porque es tonto
creo en el hombre irremediablemente.
Pero creo en hombre sobre todo.
Creo en el mar desesperadamente.
Pero creo en el hombre sobre todo.
Creo en la rebelión, creo en la cólera,
en la desolación y en la ternura.
Pero creo en el hombre sobre todo.
Creo en el hombre tonto, enamorado,
asesino indefenso.
Insomne constructor de rascacielos,
borracho sin remedio,
científico, ladrón, capaz de todo,
padre y verdugo de generaciones.
Creo en el hombre inválido que llora
desnudo con sus huesos y sus lágrimas;
dueño del mundo que tembló de miedo.
Creo en el hombre que se pone triste;
creo en el hombre cuando está cantando,
por eso, porque canta, porque es tonto
creo en el hombre irremediablemente.
Ecopoemas
Emboscada del tiempo (1988)
I |
Primero fue un microbio solitario
y nadie sabe
dónde le cupo tanta soledad.
Después vinieron otros más perfectos,
tan perfectos
que se abrazaron todos y por eso
se volvieron eternos sin saberlo
Una mañana
los despertó un volcán apocalíptico
y ya no eran microbios sino peces
completamente ciegos,
a pesar de lo cual fueron felices
pues no tenían manera saberlo.
Muchísimos de ellos
No quisieron cambiar y se quedaron
Peces y ciegos para toda la vida.
Pero algunos, inadvertidamente, se volvieron
Hasta que alguno
salió del agua sucia tambaleándose,
Milagroso animal predestinado
Que anduvo el primer paso en una playa
Que ya no existe porque no hace falta!
Horrible el animal, torpes los pasos,
Pero tenía en la frente
Dos ojos como lunas solitarias.
Los abrió de repente
y quiso respirar el aire intacto.
Pero el nuevo era tan hermoso
que se murió de miedo y alegría.
y nadie sabe
dónde le cupo tanta soledad.
Después vinieron otros más perfectos,
tan perfectos
que se abrazaron todos y por eso
se volvieron eternos sin saberlo
Una mañana
los despertó un volcán apocalíptico
y ya no eran microbios sino peces
completamente ciegos,
a pesar de lo cual fueron felices
pues no tenían manera saberlo.
Muchísimos de ellos
No quisieron cambiar y se quedaron
Peces y ciegos para toda la vida.
Pero algunos, inadvertidamente, se volvieron
Hasta que alguno
salió del agua sucia tambaleándose,
Milagroso animal predestinado
Que anduvo el primer paso en una playa
Que ya no existe porque no hace falta!
Horrible el animal, torpes los pasos,
Pero tenía en la frente
Dos ojos como lunas solitarias.
Los abrió de repente
y quiso respirar el aire intacto.
Pero el nuevo era tan hermoso
que se murió de miedo y alegría.
El tránsito del sol (1996)
Rompemos lo más amado
El mar y yo, sentados frente a frente,
como viejos amigos entrañables,
hablamos del futuro y del presente,
soñamos calendarios insondables.
Me cuenta que está lleno de amargura,
que los barcos le saben a podrido.
Se siente basurero, sepultura
y le da por llorar, enternecido.
Lo calmo hablándole de la manera
de ser la especia humana: su pecado,
su vieja práctica sepulturera,
su tendencia a romper lo más amado;
de cómo es que al final, aunque no quiera,
va con el corazón contaminando.
como viejos amigos entrañables,
hablamos del futuro y del presente,
soñamos calendarios insondables.
Me cuenta que está lleno de amargura,
que los barcos le saben a podrido.
Se siente basurero, sepultura
y le da por llorar, enternecido.
Lo calmo hablándole de la manera
de ser la especia humana: su pecado,
su vieja práctica sepulturera,
su tendencia a romper lo más amado;
de cómo es que al final, aunque no quiera,
va con el corazón contaminando.
Si aplastamos la araña
Si quitamos la uña queda el gato
si quebramos el techo habrá ventana,
si muere abuela resucita hermana,
si pedemos un pie sobra el zapato.
Si no hay abecedario hay garabato,
sino hay siglo, tal vez haya semana,
si tapamos rendija habrá persiana,
si el notario se ahogó queda el contrato.
Si incendiamos el tren habrá vagones,
si se fue el algodón vino la seda,
si dije abrigo entiendan pantalones.
Si talamos el pino habrá alameda,
si aplastamos la araña habrá escorpiones,
si quitamos el canto nada queda.
si quebramos el techo habrá ventana,
si muere abuela resucita hermana,
si pedemos un pie sobra el zapato.
Si no hay abecedario hay garabato,
sino hay siglo, tal vez haya semana,
si tapamos rendija habrá persiana,
si el notario se ahogó queda el contrato.
Si incendiamos el tren habrá vagones,
si se fue el algodón vino la seda,
si dije abrigo entiendan pantalones.
Si talamos el pino habrá alameda,
si aplastamos la araña habrá escorpiones,
si quitamos el canto nada queda.
Disfrutando la lluvia
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Crítica Literaria
"La poesía de Marco Aguilar".
Mainor González Calvo
"Un referente silencioso en la poesía costarricense".
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