Burbuja de mar © |
Niña,
tan lejos del mar tu puerto, tan cerca de la barca tu ensueño. Vaivén y poniente Junto a ti despiertan En el litoral o en aguas abiertas. Niña morena, lágrima del cristal. Escribes signos del mar sobre las caracolas y pintas de rojo el coral con la punta de la ola. Niña, Burbuja abisal, que tan niña te vuelves arena. |
En la hebilla de tu pie © |
Mírame tras el claroscuro
de tus lágrimas un día y otro de mayo insolente y revestido de nubes. Golpéame con la puntera los lunares malditos hasta que sangre su piel desteñida. Llévame en la hebilla de tu pie para ecuchar las pisadas del mundo y su corre corre frenético hacia el punto de partida. Dame un lugar en el laberinto de los pasos, Para entender mi vida y compartir tu lágrimas. |
Guitarra y bolero © |
Unas manos travesean
En las sombras acordes de la prima a la sexta y viceversa. El canto trasnocha para mantenerme despierto, dibuja una guitarra en la elasticidad del recuerdo, mientras en uno de sus hemisferios un pétalo desangra la rosa nocturna del bolero. |
Del Tigris al Éufrates © |
Miro fruta disecada
en el mantel, tal vez lo más preciado del Edén por lo prohibido, a Eva desnuda gracias al descuido de un ángel principiante, la espada de fuego arrasando regiones entre el Tigris y el Éufrates, noches interminables, lluvias ácidas, mientras Adán le sujeta a Eva la hoja de parra. |
Mitad ángel © |
No soy tu ángel guardián,
en la calle, donde no hay espacio para la contemplación ni en la cama donde se conjugan las maldiciones. Soy como tú, como ellos, mitad ángel y mitad demonio y como penitente busco la lluvia de agosto cargada de bendiciones. Quiero que me creas en primer plano y sin discusiones. Sabes bien que no soy tonto ni loco y que me prefiero de puerta en puerta con una rama de olivo en la pupila y un lápiz amarillo entre los dientes Sé que dudas de esta propuesta, pero recuerda que antes de nacer perdemos las alas. |
Sol y enredadera © |
Hoy las nubes formaron
Figuras boca arriba. El viento enredó su cincel en el claroscuro de la tarde y la quietud hilaba las horas del ocaso. El bolígrafo trastabilló Sobre el mosaico. Su caída libre partió mi atardecer en dos mitades, mientras un colibrí libaba el néctar con habilidad de cirujano. La tarde se me escapó de la mano y apenas retuve un puñado de sol y enredadera. Cuando la penumbra gravitaba entre nubes y pájaros, mi ánimo anochecía antes del ocaso. |
Signos en las manos © |
Quedaron las fibras del borrador
Sobre el mantel, el grafito enredado en tu cuaderno, la silla a mi lado y su cómplice silencio, la mesa compartida donde se descifran los misterios. Tal vez tu soledad y la mía se complementan. Van de la mano sin saberlo y se hallan por accidente en el poema. Fue tan breve tu visita que casi se nos pierde al día siguiente, si no fuera por tu lacónica sonrisa, y por tu mirada sostenida en mi pupila. |
Versos irreconciliables © |
Me acuesto con un
Neruda al lado, Una hoja en blanco y un lapicero Por si acaso escriba versos a temperatura ambiente. Garabateo a oscuras y la línea se retuerce sin llegar al poema. A veces un verso cae sobre otro y juegan al escondite, embadurnados de sombras, o la hoja se llena de lianas por donde se descuelga el alma y sueña que viaja de selva en selva, entre David Livingestone y Tarzan de los monos cuando escribo la noche se parte en dos mitades, una para versos irreconciliables, la otra para reconciliarme con el sueño. |
Óvulo primigenio © |
Y fue el mar
testigo de la rosa de tu sexo y en ti el mar entre miradas de pétalos. Todo sucedió en silencio: la garua de sal enrredada en tus cabellos, tu edad corriente arriba hacia el óvulo primigenio y los dedos del asombro teñidos de crespúsculo y fuego. |
La barca © |
La barca espera en la orilla
que la arrulle el mar, pero el botero no llega, se durmió en su ola de cocotero y sal. La barca mira otras barcas que se alejan del lugar, sus proas hacia poniente y gaviota en el peral. La barca se quedo sola Sin botero y sin mar. No llores barca risueña, que si el viento te despeina, la lluvia te punza con su cristal, yo te abrazo con mi verso para hacernos a la mar. |