Sinfonía en aguacero mayor ©
|
(Para mi amigo Carlos Vargas Solano, por el último e inspirador verso.) Septiembre 30, 2011 |
En la velada triunfal de los grillos cantarines
se impacientaba la audiencia en las butacas de la luna
la orquestilla preparaba sus tonadas, una a una,
engalanados de traje, alto sombrero y botines.
En los asientos baratos de la floresta adormecida
las chicharras aprendices hinchadas de alevosía
imploraban a los cielos que se negara a los artistas
la ocasión de embelesarse en su pedante maestría.
Se abrió el telón de la inmensa noche y con cautela
movió el director la batuta en su brazo levantado
la excelsa sinfonía se distendió por la vereda
pero la interrumpió un bombo fuera de tono e inesperado.
Cantó la voz atroz del aguacero sin más preámbulo
despavoridos los asistentes dejaron sus localidades
no quedó nadie ante la borrasca en los ahogados pastizales
más que un embarrialado grupo de ebrios zancudos noctámbulos.
Y el día siguiente recién llegado descubrió en el matutino
un titular en su portada de hojas de dulce caña
que obnubiló el buen humor de los insectos por la mañana:
"Lluvia de medianoche opaca el concierto de los grillos".
se impacientaba la audiencia en las butacas de la luna
la orquestilla preparaba sus tonadas, una a una,
engalanados de traje, alto sombrero y botines.
En los asientos baratos de la floresta adormecida
las chicharras aprendices hinchadas de alevosía
imploraban a los cielos que se negara a los artistas
la ocasión de embelesarse en su pedante maestría.
Se abrió el telón de la inmensa noche y con cautela
movió el director la batuta en su brazo levantado
la excelsa sinfonía se distendió por la vereda
pero la interrumpió un bombo fuera de tono e inesperado.
Cantó la voz atroz del aguacero sin más preámbulo
despavoridos los asistentes dejaron sus localidades
no quedó nadie ante la borrasca en los ahogados pastizales
más que un embarrialado grupo de ebrios zancudos noctámbulos.
Y el día siguiente recién llegado descubrió en el matutino
un titular en su portada de hojas de dulce caña
que obnubiló el buen humor de los insectos por la mañana:
"Lluvia de medianoche opaca el concierto de los grillos".
De vez en cuando
Caen tantas horas desde los relojes
como margaritas deshojadas
por la tisis del tiempo
que la vida parece un camposanto
repleto de tallos desnudos
y secos.
De vez en cuando la muerte,
-que gusta cuidar de esos jardines-
se asoma y con su rastrillo,
junta esos desahuciados pétalos;
los destila en su crisol de tinieblas
y crea esencias con aromas
de segundos amputados
de eternidades pasajeras
de volátiles generaciones
de futuros muy pequeños.
como margaritas deshojadas
por la tisis del tiempo
que la vida parece un camposanto
repleto de tallos desnudos
y secos.
De vez en cuando la muerte,
-que gusta cuidar de esos jardines-
se asoma y con su rastrillo,
junta esos desahuciados pétalos;
los destila en su crisol de tinieblas
y crea esencias con aromas
de segundos amputados
de eternidades pasajeras
de volátiles generaciones
de futuros muy pequeños.

Iniciación
(a Safo de Lesbos)
Remaré tan fuerte que a mi avance
al revés irán quedando los océanos.
Se estrellarán contra tu isla mis rodillas
con varios milenios de retraso.
Cavaré y cavaré
hasta encontrar todos tus huesos,
los besaré de buena gana, y
me iniciaré en la necrofilia.
(a Safo de Lesbos)
Remaré tan fuerte que a mi avance
al revés irán quedando los océanos.
Se estrellarán contra tu isla mis rodillas
con varios milenios de retraso.
Cavaré y cavaré
hasta encontrar todos tus huesos,
los besaré de buena gana, y
me iniciaré en la necrofilia.