Sí, es verdad, mi cuerpo fue mar fue playa, fue ribera, aquí anclaba el amor empuñando al tamaño de un bolsillo, mis labios fueron calles, caminos, callejones, aquí brotaron y aquí murieron los asombros de un un beso; sus amores fallidos; yo fui hombro fui pecho y fui gloria, nunca hubo un beso que pesara más que una moneda, y fueron muchos los besos y mi cuerpo era ancho y todos cabían todos a mis orillas cabalgaban el camino que pude darles, mi camino, sin muros, sin límites, sin fronteras; y quién ahora tras mi sombra quiere enredar sus dedos con los míos, fundir en el núcleo de un suspiro el amor y el silencio, después de tanto trabajo arduo con el sexo quién me querrá hacer el amor sin pagarme un beso.